jueves, 30 de junio de 2011

Reseña de la novela 1984 de Geoge Orwell

Este texto se realizó para presentarlo en una materia de la carrera de historia de la UBA. De ahí la terminología pseudoacadémica utilizada.
Introducción
1984* cuenta la historia de un hombre situado en una sociedad distópica, opresora, con un trabajo que no sólo evidencia la opresión al pueblo sino que la ejerce, siendo oprimido él también, sus intentos por combatirla y su lucha por ser individualmente en medio de una masa domesticada por un sistema opresor. Diversas conjeturas se han hecho en torno a la inspiración de esta novela.
George Orwell, el autor, era de un pensamiento que diferentes críticos hacen oscilar entre anarquismo conservador, socialismo, trotskismo (este último sin muchas bases), y liberalismo (en un sentido político más que económico), si bien se encontraba afiliado al Partido Laborista Independiente de Inglaterra. Esto marca una tendencia del escritor a ideas de tipo “populares” pero con una marcada oposición a los totalitarismos. Esto último es lo que se refleja en el libro en cuestión.
El autor muestra el cómo un empleado de un estado todopoderoso, miembro del partido gobernante (“El Partido” ya que en un estado supuestamente comunista burocratizado al máximo sólo existe el partido gobernante) lucha por su libertad no en un sentido económico, dado que nunca se expresa en contra de la planificación, sino en un sentido subjetivo. El protagonista lo que busca es la libertad de ser, de pensar y de vivir, de tomar sus decisiones en lo que hace a su vida, no para un crecimiento personal en detrimento del común de la sociedad sino para simplemente ser un individuo.
Sobre el imperialismo
Este punto es importante, dado que si bien ese texto fue asimilado por la literatura burguesa como una simple crítica al totalitarismo soviético, en verdad se trata de una crítica al imperialismo, tanto del bloque oriental como del occidental. Si uno piensa en la novela en tanto escrita en el año 1948, uno puede ver que si bien la historia transcurre en un lugar que tuvo una revolución de tipo socialista con un desarrollo burocrático (una Inglaterra transformada en “Pista de aterrizaje Uno”, anexada al Estado de Oceanía), el libro muestra numerosas críticas al imperialismo y al sistema de repartición del mundo de la posguerra de la Segunda Guerra Mundial. Cuando se describe la situación de la política internacional, se presentan a tres estados de los cuales hay poca información, a excepción del que es lugar de la trama, pero con la información dada se puede deducir un sistema de refriegas constantes y alianzas volátiles.
La división del mundo mostrada evidencia una crítica al sistema polarizado de la guerra fría, con el reparto del mundo entre las potencias capitalistas imperialistas y la CCCP imperialista estalinista. Si bien no se trata de una historia de ciencia ficción en un sentido lineal, dado que no plantea un desarrollo unidireccional desde 1948 (año de escritura) a 1984, lo que si hace es manifestar una cierta forma de tendencia del sistema global identificado por unos pocos bloques que se disputan el mundo.
Asimismo no se ven algunos de los rasgos básicos del imperialismo, como exportación de capitales. Muchos de estos pueden ser explicados porque se está ya en un reparto total del territorio, sin ningún lugar libre para el desembarco de nuevos capitales, y por la monopolización por parte del estado burocratizado de los medios de producción. Así, la época de guerras y revoluciones enunciada por Lenin en Imperialismo, fase superior del capitalismo (1916) se manifiesta en su máxima plenitud a través de una guerra constante entre (unas pocas) potencias en su mayoría aparentemente posrevolucionarias.
En el marco de la ciencia ficción
1984 es escrito en los principios de la edad de plata de la ciencia ficción. El género había abandonado la visión socialista utópica de la edad de oro y paraba por un momento con un fuerte estilo post-apocalíptico y con una fuerte crítica anti-sistema sin mostrar tampoco grandes soluciones. El momento se suele caracterizar por “finales felices” o más bien agridulces, caracterizados por el surgimiento de alguna resistencia, o de la demostración definitiva de que tal o cual sistema opresor, comúnmente relacionado con el imperialismo capitalista o soviético.
En este marco se ajusta perfectamente a lo planteado en la novela. Así como 1984 no puede alejarse de un marco de la realidad que lo rodea como es el imperialismo de la segunda posguerra, tampoco puede hacerlo del marco general de la ciencia ficción. Vemos a lo largo de toda la novela cómo el sistema va oprimiendo al protagonista de las formas más diversas. Desde forzarlo a ser el mejor mentiroso para poder trabajar, alienándolo a tal punto que deba ser consciente de escribir las mentiras que el mismo debe creer, hasta los más viles tipos de tortura psicológica y social para que abdique de sus pensamientos antisistema. Pese a todo el héroe transita ese camino de sufrimiento casi siempre con la cabeza en alto y cuando cae, se levanta. Nos encontramos con un final en el que si bien es sabido que el héroe está condenado a la muerte, o a más tortura, también nos muestra a la victoria de la voluntad de un solo hombre por ser libre, o distinto, o simplemente distinto a lo que el sistema quiere.
De los métodos de control
En1984 un estado totalitario es quizás el verdadero protagonista. Con este suelo, es lógico pensar que los métodos de dominación y control de la sociedad están desarrollados a un punto máximo, y así es efectivamente. En un nivel bastante evidente está el miedo cómo factor de control mayor. Un estado policiaco comparable con las peores épocas de la dominación Estalinista controla que la sociedad no se salga de los márgenes establecidos por ese mítico líder, el Hermano Grande. En este conjunto también entra el control por los videófonos (la capacidad de un ser invisible de observar todo, la existencia de un panóptico, con una conciencia global de la gente de la existencia del mismo).
En un grado de sutileza mayor se encuentra el control mediático, que desarrollaremos en un apartado a continuación por ser de una relevancia que requiere un desarrollo más pormenorizado. En este rango también entra la educación y el segundo control vía videófonos, el hecho de que no se los pueda apagar, que penetren los subconscientes de los sujetos aún cuando duermen.
En un tercer grado de sutileza, si bien bastante detectable en la escritura del libro pues es el que más molesta al protagonista, se encuentra la subordinación ideológica. Una serie de símbolos y festividades macabras (ambos) logran cohesionar a una masa, no anestesiada sino en una constante revolución controlada contra enemigos imaginarios y guiados por líderes igual de invisibles. Si bien ambos temas desarrollaremos más adelante, cabe destacar que se convierte al líder en un símbolo más.
En un último grado de sutileza, imperceptible tanto en la sociedad como en la escritura se encuentra un tipo de control que, sinceramente, no sé cómo llamar, por lo que paso a describirlo. Este control es el que se genera al cambiar las medidas y las nominaciones tras la revolución. Así como la revolución francesa creo su calendario, la rusa cambió el juliano por el gregoriano y más tarde creó el propio con una semana distinta a la del resto de mundo, la revolución del ingsoc puso su forma particular de medir las cosas. El caso más evidente y probablemente el único mencionado es el caso de la cerveza, que pasa de venderse en fracciones de pinta a venderse en fracciones de litro, tal como evidencia el anciano con el que habla el protagonista en una cantina.
Los medios y la censura
En este punto el libro puede tener dos visiones, pero para analizarlas tendremos que ver los tipos de censura que existen. La bibliografía actual distingue entre tres tipos de censura, la directa (tradicional, prohibición por parte de una fuerza coercitiva, generalmente el estado o asociaciones de tipo mafiosas de publicar determinado texto), la indirecta (generada por definición por parte del estado, coaccionando económicamente a los medios mediante pauta oficial para que publiquen a favor del mismo), y la democrática (autocensura, los medios eliminan parte de la información para retener auspiciantes, vender a cierto público o mantener sus propios intereses político-económicos intactos).
Si analizamos en profundidad, en el libro se muestran la primera y la última, puesto que los medios se autocensuran pero a la vez son censurados por el estado. Así, si bien en un primer plano pareciera ser esto un crítica directa a la agencia estatal soviética y su política de la información, esto se puede aplicar hoy también a las grandes empresas monopólicas mediáticas supuestamente liberales, como la CNN o la Fox norteamericanas. Así las declaraciones recientes de la Secretaria de Estado de los EEUU Hilary Clinton  cobran una mayor relevancia, puesto que la guerra informacional que están perdiendo (según la misma Clinton), pasa a ser una mera consecuencia de la censura que ellos mismos se aplicaron.
El enemigo imaginario
Lo normal, puesto que la gran mayoría de los críticos tradicionales de esta obra cayeron en la dinámica capitalista de análisis antisoviética, es considerar que el enemigo mostrado en esta novela como una metáfora de Trotski. Sin embargo, a pesar de que aceptamos que parte de ese análisis es cierto, buscamos ir más allá y ver el sentido de que ese enemigo en realidad no exista.
Ese sentido lo encontramos  que el enemigo imaginario es comparable con el fantasma del comunismo que la mitología política capital-imperialista creó en sus poblaciones, con ese enemigo que amenazaba el modo de vida de los ciudadanos occidentales y los sovietizaba. El paralelismo con la figura de Goldstein es más que evidente. Al igual que hacía el ingsoc, en los países centrales de la economía capitalista se intentaba hacer crecer la lectura de textos marxistas con el fin de mostrar lo ‘perversos’ que eran.
Del Líder Omnipresente (metáfora del panóptico opresor)
Así como el enemigo imaginario es un símbolo del mal, el Hermano Grande es el padre que protege a Oceanía de la barbarie, y que se ocupa de que no surja desde adentro. Stalin puede ser considerado similar al Hermano Grande, pero en realidad, le falta lo más importante, lo mismo que le falta a Trotski para ser el modelo de Goldstein. Eso que le falta es el ser un ser mítico sin materialidad y omnipresente. En este caso, si bien el líder de Oceanía oscila entre lo material, puesto que se supone que es real y lo inmaterial, puesto que no existe, nos parece que en realidad el modelo de base del líder es el Tío Sam.
Lejos de ser el símbolo del comunismo, el modelo para el líder es el símbolo del capitalismo. La analogía es asombrosa. El aparato represivo, el ejército, es comandado en espíritu por el Tío Sam. El sistema económico es responsabilidad del Tío Sam. Básicamente la estructura y la superestructura de los Estados Unidos son obra de ese mítico Tío Sam, el que pedía a sus ciudadanos que colaboraran con el régimen y se alistaran a las fuerzas. El parecido con el Hermano Grande es asombroso.
Conclusiones
Lo que a simple vista parece una crítica más al totalitarismo soviético y, como mucho, a los totalitarismos en general, termina siendo una crítica al sistema global. Nunca dejó de ser esa crítica sumamente respetable al sistema soviético de represión y opresión de las masas.
Aquí expusimos de manera sumamente superficial una serie de datos a tener en consideración para hacer un análisis más profundo de la cuestión. Aún faltaría, por ejemplo, analizar la función de los partidos burgueses, dado que la mención del partido al que el mismo Orwell adscribía y su caracterización como no-proletario es un tema a analizar, pero que en este trabajo fue imposible por temas temporales, espaciales y por sobre todo de deficiencia de capacidad de análisis profundo de un detalle tan suave en el entramado de la historia.


* Dado que se trabajó sobre la edición de 1951 de la editorial Guillermo Kraft Limitada (Buenos Aires) algunas traducciones pueden variar sobre traducciones posteriores. Por ejemplo en la traducción utilizada el líder de Oceanía es el “Hermano Grande”. A partir de esto intentaremos utilizar

No hay comentarios:

Publicar un comentario